En el siguiente link encontrarán un texto muy interesante sobre el nivel de lectura que poseemos los mexicanos. Ciertamente es algo un tanto penoso, así como denigrante.
http://www.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena35-36/Aguijon/Arguelles.html
Mi respuesta al texto fue la siguiente:
Es cierto que
muchas veces, por no decir a diario, escuchamos que nuestro país tiene un
gravísimo problema… el no leer.
Las
estadísticas ya han indicado que los mexicanos somos los que menos leemos en el
mundo. Somos de los más holgazanes, de los más corrientes, de los más incultos.
Esto por supuesto que al mexicano le duele, o por lo menos así debería de ser.
Y lo digo porque yo personalmente me he topado con paisanos a los que sin más y
sin menos, el tema no les interesa, les es indiferente (lo cual es un ejemplo
perfecto de su ignorancia, ya que ignoran el tema).
¿Cómo hemos
llegado a esto? Para resolver cualquier problema, bien se sabe que hay que
atacarlo desde su raíz. La raíz del problema que tiene México está en el
sistema de educación que posee. Es decir, las instituciones educativas tienen
la culpa, (aunque cabe mencionar que no toda) ya que uno mismo es quien le pone
el interés a las cosas que le rodean.
Se nos ha
enseñado desde muy chicos la importancia de leer, o por lo menos así lo he
vivido yo. Pero a decir de verdad, nunca llegué a comprender esa gran
importancia que tiene… no hasta que cumplí los 13 años de edad. Fue hasta ese
momento en el que me di cuenta de la riqueza que contienen los libros. Menciono
esto porque mi gran descubrimiento no fue gracias a mi institución escolar,
para nada. Fue gracias a un gran maestro que tengo en mi vida, fue gracias a mi
abuelo. Él me ha dado gran enseñanza y hasta el día de hoy puedo decir que es
mi profesor preferido, de no ser por él, yo pertenecería al enorme porcentaje
de los mexicanos no lectores.
Es muy fácil
atacar y criticar al sistema educativo, “echarle la culpa a alguien” ó “limpiamos
las manos” es lo que siempre hacemos, ¿o no? Es claro que el sistema tiene que
cambiar, de eso no hay duda, ¿pero qué hay de la persona física?
Hay dos
clases de alumnos: el que no quiere aprender y el que sí. Independientemente
del nivel que tenga la institución educativa, el alumno que quiere aprender,
aprende. Y con eso podemos decir que al final de cuentas no hay escuelas buenas
o malas, si no que hay alumnos buenos y malos. Uno puede tener al mejor
profesor del mundo justo en frente, exponiendo algún tema en particular. Pero
por más bueno que sea el maestro, si uno no lo atiende, el conocimiento no se
transmite, se queda en la nada (eso deriva un problema de comunicación).
El texto de
“Los usos de la lectura en México” menciona el término de “los verdaderos
lectores”. Es muy interesante cuando uno se da cuenta de que muchas veces hemos
leído por leer, y leer por leer no es leer. Somos falsos lectores al hacer eso.
El verdadero lector es aquel que hace suya la lectura.
Considero
relevante considerar algo más de “los usos de la lectura en México”, y es que
emplea la frase “analfabetismo cultural”. Términos que nunca había escuchado
juntos antes. Y me parece algo muy curioso así como muy verdadero también. Va
muy de la mano con “los verdaderos lectores”, en el sentido de que existen
personas que saben leer pero que no saben interpretar aquellas cosas que ven
(los malos lectores) y existen aquellos que saben y leer y que al mismo tiempo
saben interpretar y no sólo interpretar si no que asimilar correctamente todas
aquellas cosas que ven (los verdaderos lectores).
El autor del
texto mencionado anteriormente cita muchas veces a Gabriel Zaid, un autor de
varias obras, considerado ensayista y poeta. De hecho no sólo lo cita numerosas
veces, sino que también hace notar su devoción hacia este respetado icono de la
literatura. Sin embargo no critico el hecho de que lo cite ni de que lo admire
tanto, ciertamente me hizo entender mejor la lectura. Los mensajes de Zaid son
claros y fuertes, estamos mal y deberíamos sentirnos mal.
Del texto
“¿Por qué es un problema la lectura?” se pueden inferir cosas muy parecidas que
al del primer texto mencionado anteriormente. No cabe de más decir que es
básicamente lo mismo, me refiero a que es el mismo tema, sólo que escrito por
otras manos.
Siendo
crítico, no le encontré un pero a toda la lectura, me parece que todo lo que se
menciona es verídico y real. Y tenemos que afrontarla.
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